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By BotanicalCity

Oda para Roberto Burle Marx, 4 de agosto de 2014

“-É intemporal a arquitetura deste vale!
O pintor sabe a folha, o côncavo da mão
Cigana que curte veludos e metamorfoses:
(as libélulas e as cigarras a buril
gravam a manha, seus descantes, sombras grávidas)
escamoteia o bosque e mestre de rochedos
dança sobre o piano, um negro touro manso,
imóvel, a curtir no verniz de suas teclas
a contida saudade dos lieder de Schumann.
Mil prodigiosas combinações e espera
Que elas ultrapassem sua frágil estatura
E se lancem no céu transparente e abismado”
Gastão de Hollanda, Novelista y Poeta, “Oda para Roberto Burle Marx”.


Cada 4 de agosto trae consigo la oportunidad y la necesidad de celebrar aquel de 1909, en que nace en Sao Paulo, el cuarto hijo del amor entre Wilhelm Marx y Cecília Burle. Wilhelm, nació en Stuttgart y creció en Trier -al igual que su abuelo quien fuera primo de Karl Marx-; un joven de espíritu nómada e inagotable curiosidad, que había llagado a Brasil en 1896, luego de haber vivido en Marruecos y en Estados Unidos. Cecília, perteneciente a la familia católica francesa Burle Dubeux, nace en Pernambuco, en ese paisaje de la Caatinga, del Bosque Seco, al que su hijo rendiría tributo toda una vida; ella crece como excepcional pianista, cantante y amante de las begonias, calas, gladiolas, orejas de elefante y tantas otras que enseñó a su hijo a amar, plantar y proteger. Cecília, apasionada por aprender nuevas lenguas, encontró en Wilhelm su maestro de alemán. Wilhelm encontró en Cecília una alumna ejemplar y la mujer por la que estaba dispuesto a arriesgarlo todo, el resto de la vida. Así, el amor, que es siempre una conjunción de imposibles, desde sus bases, le regala al siglo XX y a los siglos por venir, uno de sus más grandes hombres; uno que creció sabiendo que a las distancias entre católicos y judíos, locales y foráneos, liberales y conservadores, el amor las resolvía con facilidad todos los días, en el jardín de su casa.

De Roberto sabemos que como nadie amo, defendió y dio forma al paisaje de la América Tropical; que a su curiosidad, tenacidad y perseverancia debe el mundo el descubrimiento de más de 50 nuevas especies; que a su rigurosidad, sensibilidad y pasión debe el paisaje más 2.500 invaluables parques y jardines; que a él debemos en Venezuela la inauguración de la tradición de la arquitectura paisajística; que a Roberto debemos en Maracaibo, la esperanza de una memoria artístico-botánica y de un paisaje de encuentros.

No obstante, los cumpleaños son siempre momentos personales, íntimos, algunas veces hasta secretos. En este cumpleaños, queremos desearte Roberto, un muy feliz día y agradecerte eso que tus paisajes le han dado a nuestras vidas. En lo personal esa historia comenzó quizá hace ya casi 15 años, cuando viajaba en el Metro de Caracas, hacia la Universidad Metropolitana y el sistema anunciaba la próxima parada: ‘Parque del Este’. En ese momento pensé:

“-Ah, Burle Marx, ¿Por qué no se mucho de él? Quisiera saber más de él, quisiera conocerlo bien.”

Ahora trabajamos para que todos sepamos más de él, de su ejemplo, de que no hay limitaciones demasiado grandes, que no existen diferencias insalvables, ni distancias inalcanzables; que ante el abandono, el desencuentro, la desesperanza, la imposibilidad aparente, el vacío y la ruina, recordemos que como él nos enseñó: “quien procura, quien tiene amor, quien tiene pasión, puede llegar a resultados positivos por esa procura continuada.” (1)

Feliz cumpleaños maestro y gracias una vez más por los caminos.

@altautopia
Photo: http://www.diariopernambucano.com.br/noticias/tag/burle-marx/

(1)Roberto Burle Marx. Globo Ciência. 1989 - Parte ½ https://www.youtube.com/watch?v=6ldr00bTefg

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